El escultor costarricense Manuel Vargas estudió en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Costa Rica y en el Instituto Técnico Profesional “Pietro Tacca” en Carrara, Italia.  Ha expuesto sus obras en forma individual y colectiva desde 1981, a nivel nacional como internacional en Estados Unidos, Italia, Israel y Guatemala.

Las Cholas del escultor Manuel Vargas, son mujeres luchadoras que realizan labores dignos, bajo el sol y la luna, para sacar a su familia adelante. Estas mujeres siempre son valientes, de músculos fuertes, caderas amplias y una mirada que evoca las largas jornadas laborales. El escultor comenta que sus cholas representan a las mujeres que se ganan la vida con cuánto trabajo encuentran en Guanacaste, de la región Tilarán, pero también a las mujeres que trabajan por sus familias en el centro de la capital.

«La Chola ha sido la mujer más emblemática para recordar de dónde somos, de dónde hemos venido y hacia dónde vamos. Son ellas las que han hecho posible que sus hijos estudien y salgan adelante. Es un tributo para la mujer costarricense. No es fácil porque, desde toda una vida, he pensado cómo materializar una idea y un compromiso a la sociedad costarricense», explica Vargas.

Utiliza maderas como el cenízaro, cedro, guanacaste o madero negro, así como piedra y bronce.

Manuel ha recibido varios reconocimientos, entre ellos, Mención de Honor en el Certamen de Escultura y Dibujo “José Joaquín Trejos Fernández”, del Banco Popular; Premio “Escultura mayor”, en la III Edición Escultura Mayor, y el Premio Ancora, otorgado por La Nación por la exposición “5 escultores, un legado”.