Manuel de la Cruz González Luján fue un artista que dejó un legado muy importante para la plástica costarricense, principalmente al expresionismo abstracto.

Sus comienzos como pintor se remontan a finales de los años 20 y la década del 30 dentro de lo que se conoció como la Generación nacionalista, un grupo de artistas que buscaban rescatar lo autóctono, en especial el paisaje campesino del Valle Central. Este grupo se preocupó por trabajar temas costarricenses y romper con la costumbre de copiar lo europeo. Al mismo tiempo, conoció las vanguardias artísticas del siglo XX y empezó a usar nuevos estilos y técnicas. 

En los años 50s evoluciona de su obra pictórica hasta perfeccionar el estilo abstracto geométrico, que se evidencia en la serie Goajiras y lo lleva a su máxima expresión en sus lacas. De esa manera, se convirtió en uno de los impulsores del arte abstracto en Costa Rica, junto con Lola Fernández y Rafael «Felo» García. Este ímpetu lo mantuvo al participar como miembro del Grupo Ocho, creado en 1961, y el Grupo Taller, formado hacia 1963, ambos propulsores de las tendencias abstractas y modernas, en general. 

Recibe los premios: Medalla de Honor. Exposición: «Gallery of Science and Art», Business Systems and Insurance Building N.Y., 1931; Medalla de Plata. Exposición de Artes Plásticas, San José, Costa Rica, 1932; Medalla de Plata. Primera Exposición Centroamericana de Pintura, 1932 y 1933; Medalla de Oro. Exposición Nacional, Costa Rica, 1937; Medalla del Mérito, otorgada por el Presidente Prof. José Joaquín Trejos Fernández, 1967; Premio Nacional de Pintura Aquileo J. Echeverría, 1967.