Ángel Lara González nace en Venezuela pero se traslada a Costa Rica para cursar Artes Plásticas en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica. 

La estética de las facciones afrocostarricenses es la que guía al escultor.  Sus obras están trabajadas mediante técnicas rudimentarias y fuerza humana sobre piedras de mármol, granito y arenisca.

Las obras de Lara se caracterizan por combinar las superficies pulidas del rostro con el aspecto tosco de las cabelleras. Para dar un aspecto turbio a los cabellos, el artista interviene mínimamente la piedra, de modo tal que conserve los relieves propios de la pieza sacada de la cantera. En cuanto a las figuraciones, Lara hace una distorsión calculada de los rostros para dar una sensación de barrido, de movimiento, como si la piedra tuviera un desgaste propio.